Carla:
Te contaré mi experiencia, que funcionó, aunque seguramente alguien ha de ser más experto. Yo trabajaba en un edificio de oficinas en los que habían instalados esos viejos radiadores de hierro, que son un panel de tubos.
Como siempre nos moríamos de frío, un día abrí un tapón roscado que no recuerdo si estaba en la parte superior o inferior de uno de sus laterales, dejé que saliera agua-vapor durante un tiempo que estimé prudente y luego retaponé el orificio. ¡¡ Santo remedio !!; comenzó a calentar muy correctamente.
Eso sí: como en otras de las respuestas, siempre goteaba un poco y hacía un charquito de agua. Es que el agua caliente o el vapor corroen mucho más todo material metálico y forma una costra (debido a las sales del agua), que ayuda a taponar todo. Y así, en cuanto tocas algo, esa costra se rompe y la parte corroida cede, dejando siempre huelgos (espacios) entre tapón y rosca, que seguramente deberás solucionar con algunas hebras de cáñamo (unas pocas enroscadas en los propios hilos del tapón bastan; al mojarse se hinchan y no hay más goteras) o algún otro sellador comercial.
La reparación no es dificultosa, aunque desenrosca el tapón con cuidado para no romperlo (si está muy corroido) dentro del mismo orificio del rediador.
Suerte y saludos.