Buenas
Las mesas de centro son peligrosas, sí. Las ves tan paraditas, tan formales, tan solemnes en la seriedad que representan, pero como te descuides se comen lo que encuentren a mano.
Hay que tener cuidado con ellas, pero nada que ver con los sofáscamas. En una ocasión compré uno por si alguna vez alguien pernoctaba en mi casa. Una noche vino un amigo a cenar y me preguntó si podía quedarse. Yo, con gran ilusión abrí el mueble y le dije que él iba a ser el primero en estrenarlo. A continuación, me fui a mi dormitorio y deje a mi amigo féliz durmiendo sobre mi querido sofá. Apenas había concilidado el sueño cuando oí un grito espeluznante que provenía del salón. Me dirigí hacia allá y cuando llegué me encontré el sofácama cerrado y ni rastro de mi amigo. Lo abrí con esfuerzo y pude escuchar de nuevo un grito, pero esta vez muy lejano. El mueble cama había devorado a mi compañero!! Desde entonces no me atrevo a sentarme en el sofá y lo evito continuamente, hasta miedo me da pasar por su lado. En ocasiones oigo la vocecita de mi amigo que sale del sofá y que me dice que no se está tan mal al otro lado, y que al menos no tiene que soportar a su mujer. En fin...
Saludos desde el Cuarto Mundo!!
PD: Cuidado con los sofáscamas. El que avisa no es traidor.