Florecitas de tamarindo con chile
Ingredientes:
21 gr de grenetina Duché (ó 3 sobres)
½ taza de agua
700 ml de agua
300 gr de azúcar blanca
200 gr de pulpa de tamarindo con chile
Moldes individuales en forma de flor
Manera de preparar:
1 Hidrata la grenetina en el agua y disuelve en baño María o en el horno de microondas, reserva. 2 Hierve el agua con el azúcar y la pulpa hasta disolver perfectamente los ingredientes. 3 Retira del fuego, deja tibiar e incorpora la grenetina hidratada. 4 Vacía a los moldes y refrigera hasta que cuajen por completo. 5 Desmolda y decora con tamarindos.
Tip:
El tamarindo tiene un alto contenido de vitamina “C” y fibra
DULCE DE TAMARINDO
Desde hace una semana comenzó aquí en Monterrey, el Festival Barrio Antiguo; no he podido ir a eventos, ni siquiera a los stands, debido al trabajo que se nos acumuló con la obra. Debido a “ciertos contactos” laborales con la organización del Festival, he tenido la fortuna que de repente me dan una que otra cortesía para algún evento. El lunes me dijeron: “¿Quieres boletos para ir al concierto de Oscar Chávez?”, sin pensarlo los acepté, a sabiendas de que a Luis le gusta como canta ese señor. El miércoles en la mañana decidí no ir, sin embargo al platicar con un compañero en la oficina me convenció de lo contrario. Así que quedé con mi novio de que iría por mí a cierto lugar y de ahí nos iríamos. Cuando salí del trabajo y me subí al camión, me sentí muy cansada, tanto que decidí ya no ir al concierto, cuando se lo dije a mi novio, me dijo: “como quieras”, así que tomé el teléfono, le hablé a su prima y le ofrecí los boletos para que llevara a su papá, ya que a él le gusta también la música de Chávez. Total, no se pudo, ya que todavía no llegaba del trabajo. Le hablé al novio de mi hermana y se los ofrecí, pero todavía no salía del trabajo. “Bueno, está bien…vamos”, le dije a Luis. Así que nos dirigimos al Teatro de la Ciudad.
Llegamos 15 minutos antes del evento, nos acomodamos en nuestros lugares y esperamos.
Comenzó. Con la primera canción quedé boquiabierta. El señor aún canta maravillosamente y el trío de músicos que lo acompañan, mis respetos.
No me arrepentí de haber ido, el cansancio, el sueño e incluso el hambre se desvanecieron al perderme en las grandiosas canciones que interpretaban.
Había gente de todo tipo, desde las típicas señoras “encopetadas”, los señores de mezclilla y botas, hasta los chicos medio “hippies”, en sus ondas de che Guevara y cosas así. La mayoría gente adulta, pasados de los 40, convivió alegremente con toda la “chamacada” de 30 para abajo que estábamos ahí.
Fue un banquete muy al estilo buffet, comenzó con una suave melodía romántica, luego de un par de canciones más, uno de sus músicos sacó el acordeón y comenzó a ejecutar algunas canciones norteñas, por supuesto bajo el tumultuoso aplauso del público quien entre gritos de “ayayayay” y “ajúaaaa” coreaba las canciones.
Después de ésta música “obligada” dejaron a un lado acordeón, tomaron otra guitarra, un requinto jarocho y una preciosa arpa, para ponerle un sabor “caliente” a la noche con melodías del precioso Veracruz. Fue un privilegio escuchar canciones como “La bruja” en la voz de esos artistas; cantaron algunas otras, sin embargo de la emoción hasta se me olvidaron los nombres.
Fue majestuosa la forma en que los Hermanos Morales, requinteaban y tocaban el arpa.
Después de un breve intermedio, siguieron con bellas melodías, pasaron por el danzón, con el que animaron a algunas parejas a que subieran al escenario a bailar. Tocaron una canción de los “Alegres de Terán”, una vez más dedicada a Monterrey. Algunas otras canciones románticas, y como era obvio, no faltaron canciones de “protesta”, las cuales la verdad no son de mi total agrado, pero con esa voz y ese acompañamiento, se perdonan, incluso hasta pusieron al público a corear una, todo eso ocasionó que más de uno de los políticos que estaban en la sala, se moviera incómodos en su asiento.
Terminó el concierto con un suave bolero, después de que se despidió y regresó cuando la gente le gritaba que siguiera cantando.
realmente no me arrepiento de haberme desvelado un poquito para ir…valió la pena.
Entre las canciones que cantó, había una que hablaba de un pajarito que estaba en un árbol de tamarindo, y al oír la palabra tamarindo, no pude evitar saborearme los deliciosos dulces y pulpas que hacíamos con mi mamá.
Aquí está la receta:
¼ kg. de tamarindo en vaina
1 tz de azúcar
1 tz de chile en polvo
½ tz de jugo de limón
Se pelan los tamarindos y se cortan en pequeños trozos. En una vasija se ponen los tamarindos y el jugo de limón. Se deja reposar por 10 minutos y se revuelve bien. Esta operación se repite por un buen rato hasta que los huesitos de tamarindo hayan soltado la pulpa; una vez que pase esto se agrega el azúcar, el chile y el ácido cítrico.
A partir de ésta receta se pueden hacer pulpas, si se desea un poquito aguada se le puede poner agua. Si se quiere salada, menos o nada de azúcar. Si se quieren hacer bolitas, se hacen y luego se pasan por chile o azúcar.
En fin, se puede jugar mucho con esta receta, tanto que hasta hace “agua la boca”.