La isla Escudo de Veraguas es una maravilla natural en el Caribe occidental de Panamá y es de gran significado para los pueblos ngöbe y buglé. Hoy está bajo estudio por la ANAM para convertirla en un área protegida.
Escudo de Veraguas es más o menos del tamaño de la isla de Taboga (poco más de 3 km2) y es la única isla en el Golfo de los Mosquitos. Esta poblada por un puñado de personas de manera permanente, y hay varios refugios temporales, más que nada para pescadores itinerantes que permanecen en la isla durante parte del año.
Por diversos motivos los ecosistemas de la isla han estado relativamente protegidos de la colonización y el “desarrollo”, por lo que posee una riquísima biodiversidad, base de la economía local y motivo de maravilla para la humanidad. Se han descubierto varias especies endémicas y la ANAM trabaja para designar Escudo de Veraguas y otras playas circundantes como un área protegida.
En los tiempos que el imperio español andaba por acá, Escudo marcaba el final del reino de Veragua, y era oficialmente parte de Centroamérica, que comenzaba en una línea imaginaria que iba desde aquí hasta Punta Burica. Esto fue durante el siglo 19 tema de pleito entre Colombia (nosotros) y Costa Rica, que reclamaba Escudo de Veraguas, “Bocatoro” y las tierras altas de Chiriquí.
or siglos esta isla ha sido un punto importante para la vida de la gente del área. Aquí llegan de los poblados más cercanos, ya sea de las comunidades ngöbe al norte de Playa Chiriquí, en Río Caña (a unos 17 km, o unas 10 NM), de Kusapín, de Tobobé o de Santa Catalina al norte de Veraguas. Se trata principalmente de pescadores indígenas que vienen a trabajar por unos días o a quedarse durante parte del año, pero casi se cuentan con los dedos de la mano las personas que viven aquí permanentemente.
La isla Escudo de Veraguas tiene un significado muy especial para los ngöbe. Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, los ngöbe vivían libres y felices, hasta que llegó otra gente, los nguoin, que los esclavizaron. El rey de los nguoin vivía en Escudo de Veraguas, y hay una historia muy interesante de la visita del poderoso sukia o sabio Mirónomo Krónomo a la isla para negociar la liberación de su pueblo.
Pero, ¿por que no se ha creado un pueblo aquí? Hay varias posibles razones. Principalmente está el hecho de que la isla, por ser tan plana, es sumamente húmeda y los únicos lugares buenos para vivir la gente es en la costa, ya sea en las playas o los manglares. Hay poco espacio apto para cultivos, la gente del área no tiene mucho más que unas cuantas plantas de tallo (banano) atrás de la casa. Además, la isla es un tanto remota, lejos de todo, lo cual a veces no es nada práctico para la vida cotidiana.
Los bosques y humedales de Escudo de Veraguas se han mantenido bastante bien conservados, ya que casi nadie ha vivido aquí. Es como si fuera un laboratorio donde la naturaleza hace sus experimentos sin intervención humana. Por esto es que los biólogos se emocionan al pensar en la isla, porque aquí pueden aprender todo tipo de cosas interesantes sobre la evolución y la ecología en el trópico caribeño. Los paleontólogos, los que estudian los fósiles para explicar la historia de como surgió el istmo de Panamá y cosas así que pasaron hace millones de años, tienen aquí también uno de sus campos de juego preferidos en busca de conchas de los antiguos fondos marinos.
Un ejemplo de lo especial de la isla ha sido el descubrimiento en 2001 de un tipo de perezoso enano de tres dedos que es “endémico” de la isla, es decir que solo se encuentra en Escudo y en ningún otro lugar del mundo (ver columna de la derecha). El perezoso es más pequeño que sus primos de tierra firme, lo cual coincide con la teoría que dice que los animales en islas tienden a hacerse más chicos con el paso de las generaciones.
Escudo de Veraguas es también parte importante del circuito turístico de las tortugas marinas, especialmente las tortugas carey. Estas señoras andan movilizándose por todo el Caribe, nadan hasta Belice, Jamaica o Nicaragua, buscando aventuras, y vienen acá a Panamá a dejar sus huevos.
Escudo esta rodeado de arrecifes de coral, que son como barrios de animales marinos, donde comen, juegan y se reproducen. Los corales y las tortugas son la base de la economía del área. Esto es lo que ha permitido que por siglos la gente de por aquí haya vivido de la riqueza del mar. En ciertas épocas del año llegan las familias de los pueblos de tierra firme y se quedan viviendo por unos meses para pescar, sacar mariscos y cazar tortugas.
Esto no era gran problema cuando la gente cazaba y pescaba para comer y para el comercio interno en el área. Pero cuando las langostas, el carey del caparazón de las tortugas o sus huevos y los pescados son sacados para ser vendidos en el mercado global a cambio de dinero, todo se empieza a salir de control. No son solo los locales, hay toda clase de botes pesqueros comerciales y deportivos que vienen a los alrededores a sacar peces y mariscos.
Los recursos pesqueros de Escudo hoy en día estas casi devastados. Se encuentran muchos menos peces que antes. Las langostas están chiquitas y parecen más bien langostinos. En las ultimas décadas vienen menos y menos tortugas a desovar.
Escudo de Veraguas se ha visto amenazada en varias ocasiones por diversos intentos de “desarrollarla”. No ha faltado a lo largo de los años quien aparece con algún plan para tomarse la isla totalmente o en parte, venderla y hacerse rico con ella, y cada vez el pueblo ha tenido que salir a salvarla (ver columna de la derecha).
Ocurre además que han aparecido saqueadores que vienen a hacer dinero robándose la biodiversidad de la isla. Llegan aquí como cualquier turista, pero están en realidad en busca de ranitas y otros bichos de colores, las cuales colectan sin permiso como si fueran pepitas de marañón y se llevan por decenas o cientos ilegalmente a Europa o a Estados Unidos. Las ranitas que sobreviven el viaje son criadas y vendidas a coleccionistas por mucho dinero. Como la isla está tan poco estudiada, se desconoce con exactitud el impacto que esta actividad depredadora está teniendo sobre las poblaciones de anfibios.